Miguel Carcasona regresa a la poesía con Enseres del invierno, un libro sutil, evocador, existencial y lleno de belleza.
El poso que dejan los recuerdos, rastro de momentos vividos, cuando haces recuento al comienzo del ocaso. El peso de «las oportunidades perdidas en tu existencia que pulsan en vano el timbre del remordimiento», de la palabra que quedó sin pronunciar en aquel instante efímero. El poema, siempre esquivo, cuando por fin se impone a todo y surge triunfal y una voz puede declarar que «en el coágulo de su sangre comprimo el mundo». Y para que pueda preguntarse «qué nos queda después del rayo, después del fuego y las cenizas hechas limo por la lluvia». Queda, Miguel Carcasona lo sabe, la poesía, quedan estos enseres el invierno.