El escritor Grassa Toro y el ilustrador Pep Carrió presentaron ayer el libro en Anónima. Algunos críticos lo consideran un libro “raro”; deliciosamente “extraño”, añadiría yo, convencida de que son calificativos que sólo pueden referirse a algo especial. Los autores de “Una niña”, el escritor aragonés Grassa Toro y el ilustrador y diseñador gráfico mallorquín Pep Carrió, lo consideran, entre otras cosas, “un regalo”, “un homenaje” y “una historia de vida”.
HUESCA.- Grassa Toro y Pep Carrió se conocieron en Huesca allá por 1996 ó 1997, calculan ellos, cuando el ilustrador viajó a la capital altoaragonesa para presentar el cartel del Festival de Cine de aquel año del que era autor. Isidro Ferrer los presentó. Ya lo decía ayer el mallorquín: “Me encanta venir a Huesca, porque aquí sólo me han pasado cosas buenas”. Y a juzgar por lo que cuenta, su amistad fue un flechazo que enseguida dio fruto en forma de libro, “30 de diciembre”.
“Cuando el proceso estaba casi a punto de finalizar, pasó un editor amigo, lo vio y dijo:
‘Quiero que sea un libro en mi editorial (Sins entido)’. Era Jesús Moreno”, recuerda el escritor aragonés. “Fue todo muy azaroso -añade Pep Carrió-. No hubo ninguna búsqueda de editar este libro, que nació por una historia”.
“Este libro me plantea un disloque, porque yo envié un texto íntimo para una pareja y para su hija, y tal y como lo envié, ha salido -retoma la palabra Grassa Toro-. La mayoría de la gente no conoce la historia que está detrás del libro ni falta que hace, pero sí acaba concluyendo que se trata de la historia de una historia de adopción”.
“Es un libro que a algunos les descoloca profundamente”, prosigue Carrió. “Hay gente que sufre, pero tiene un final feliz y se impone la felicidad de estar vivos”, matiza Grassa Toro.